DOS CAJAMARQUINOS EN LA PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINISTROS
Por Manuel Salvador Sánchez Núñez
Para mis lectores no muy bien informados, tal vez el nombre de Pedro Gálvez no les sea tan familiar; sin embargo, si hablamos de José Gálvez de pronto nuestra mente nos trae el recuerdo de un pintoresco distrito en la provincia de Celendín; pues bien, ambos eran hermanos, nacidos en Cajamarca; no obstante, José Gálvez cobró más notoriedad al inmolarse en defensa de los intereses patrios en el Combate del Dos de Mayo.
Líneas aparte hoy nos convoca su hermano Pedro Gálvez Egúsquiza cuyo nombre también lo lleva un próspero y pujante distrito en la provincia de San Marcos. Sin lugar a dudas los hermanos Gálvez pasaron a la historia merecidamente y de ello hoy nos nutriremos para esbozar un paralelo con la actual Primera Ministra de Estado, la doctora Mirtha Vásquez Chuquilín.
Pedro Gálvez Egúsquiza fue un connotado hombre de leyes, político, educador y diplomático cajamarquino, que enarboló el pensamiento liberal de mediados del siglo XIX; a pesar de su alta alcurnia familiar él siempre estuvo al lado de la lucha reivindicativa por los intereses de los indígenas, en franca oposición a los conservadores, herederos de una tradición obsoleta y colonial. Junto a su hermano y otros connotados intelectuales como Manuel Toribio Ureta, impulsó la Constitución Política Liberal de 1856.
Estudió en el Colegio de Ciencias y Artes de Cajamarca, el mismo que al ser desactivado diera paso al glorioso San Ramón, en homenaje al caudillo presidente; luego de pasar una temporada en la hacienda de sus padres enrumbó a Lima para estudiar en el selecto y sectario convictorio de San Carlos, bastión infranqueable del pensamiento conservador, regentado por el fraile Bartolomé Herrera, donde obtiene el título de abogado. Cabe precisar que el convictorio de San Carlos se convirtió después en la Facultad de Humanidades y de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Más tarde Pedro Gálvez afianza sus ideales de libertad y justicia y como director del Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe convierte los claustros en tribuna abierta hacia el debate ante los conservadores de su ex alma mater; maestro y discípulo se enfrentarían posteriormente en el Parlamento de la República. Bartolomé Herrera diputado representando a Lima y Gálvez a Cajamarca. Cuenta el historiador Luis E. Valcárcel que el debate fue épico, por los argumentos alturados y por la oratoria digna de dos grandes ideólogos; la ley, motivo del debate, lo había propuesto y sustentado el político cajamarquino: “El sufragio de los indígenas en el Perú”. El honorable parlamento de entonces respaldó mayoritariamente a Pedro Gálvez saliendo airoso ante su maestro.
Al llegar a la presidencia de la republica el Mariscal Ramón Castilla, luego de la Revolución de Arequipa en 1854, don Pedro Gálvez fue uno de los intelectuales y políticos más influyentes en el gobierno, el mismo Valcárcel refiere que fue Gálvez quien redactó el Decreto de la abolición de los tributos indígenas.
Con la constitución del 1856 Pedro Gálvez junto a su hermano José y otros connotados políticos progresistas lograron grandes cambios que nunca fueron bien vistos por los oligarcas capitalinos, se logró implantar el derecho al sufragio, se abolió la esclavitud, se implantó la educación primaria como un derecho de todos los peruanos y tarea aparte de don Pedro Gálvez fue abolir los abusivos tributos que pagaban los indígenas, tanto al estado como a la iglesia católica , el diezmo y las famosas primicias, rezago de la tradición colonial, que consistía en darle a la Iglesia los primeros frutos de la producción para que la cosecha sea bendecida.
El gran caricaturista del siglo XIX León Williez inmortalizó tal momento donde se aprecia al presidente Castilla mostrando su imagen “omnipotente” rompiendo las cadenas de la esclavitud, mientras tanto Pedro Gálvez, a la izquierda, le estrecha las manos a un indígena y al otro lado Manuel Toribio Ureta aparece cortando las cadenas de un esclavo negro.
La política siempre estuvo presente en la vida de Pedro Gálvez, fue diputado y senador por Cajamarca, ministro en varias carteras y presidente del Consejo de Ministros en el gobierno del presidente José Balta, en el año 1868 cuando tenía 46 años.
Casualidad o destino, después de 153 años vuelve a ocupar esta máxima investidura una cajamarquina, la doctora Mirtha Vásquez Chuquilín, también al cumplir exactamente la misma edad, 46 años, pues estas coincidencias cronológicas e ideológicas motivaron dedicar estas líneas, hurgando en nuestra historia nacional.
Mirtha Esther Vásquez Chuquilín, hija de una modesta familia cajamarquina, estudió sus primeras letras en su tierra natal, la secundaria lo cursó en el prestigioso Colegio Nacional Juan XXIII de Cajamarca siendo integrante de la promoción 1991 “Aida Marilú Oliveros Soto”, en homenaje a una compañera de estudios que falleció a temprana edad; sus estudios universitario los realizó en la Universidad Nacional de Cajamarca, en la Facultad de Derecho, graduándose como abogada, a donde luego regresaría para ejercer la docencia universitaria por un lapso de 10 años; estudió un posgrado en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en Gerencia Social, también cuenta con un máster en Derecho Ambiental por la Universidad Internacional de Andalucía; abierta defensora de los derechos humanos, defensora de los recursos naturales, ejerció una férrea defensa de Máxima Acuña, mujer que se hiciera muy conocida por defender la propiedad o titularidad del territorio donde se iba a desarrollar un proyecto minero, fue miembro del Consejo Directivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, ocupó un alto cargo directivo en la ONG GRUFIDES; Vásquez Chuquilín, de orientación izquierdista, es elegida como parlamentaria por Cajamarca en el año 2020 con la agrupación política Frente Amplio, con 12 867 votos, luego fue elegida por voto unánime como presidenta de la Comisión de Inclusión Social del Congreso. Presentó un proyecto de ley para modificar el artículo 149 de la Constitución Política del Perú para fortalecer la labor de las rondas campesinas. Ya en noviembre del año 2020 alcanza la Presidencia del Congreso de la República, en los momentos más duros y en medio de una crisis sanitaria mundial por la COVID-19; y, en el año 2021 es nombrada como presidenta del Consejo de Ministros del gobierno del presidente Pedro Castillo, en medio de una aguda crisis política, cuando alcanzaba ya los 46 años, tan igual que el ilustre Pedro Gálvez.
Aunque a nuestros personajes les separa más de siglo y medio encontramos marcadas coincidencias.
Pedro Gálvez Egúsquiza, hombre egregio que inmortalizó su nombre por la lucha social de mediados del siglo XIX, dejó muy alta la valla en la política peruana y por ende en la Presidencia del Consejo de Ministros.
Hoy, después de tanta decepción y sinsabores de la rancia política tradicional, esperamos con ilusión y fe que una cajamarquina iguale o supere la valla por el bien del país.
[Artículo publicado en la Revista Oígaste N° 09 – Edición Diciembre 2021]