CELENDÍN TIENE LO PROPIO

Por Nemías Oyarce Abanto

(Docente del CEBA “Coronel Cortegana”)

Nos contó don Francisco Ortiz Marín después de una merienda, a un costado del fogón que moría lentamente al pasar las horas frías, mientras nosotros escuchábamos atentamente el acontecimiento de:

CERRO GRANDE Y SU MISTERIO

Celendín, abril 1975. Época en que todos los sembríos están a punto de madurar y completar su ciclo de producción.

Vivía en Cashaconga y tenía unas chacras en la parte alta de la colina San Isidro, junto a las chacras de mi suegro don Lucas Rabanal, en varias oportunidades montado en mi caballo blanco, que era un noble animal, muy manso y entendido a cuando se le hablaba. Me marchaba en horas de la noche de San Isidro a Cashaconga por la parte baja del cerro Grande, a ver mis animales y mi casa. Por esa época había mucho abigeo y teníamos que estar en alerta total y evitar la pérdida de los animales que muchas veces ya no se los encontraba.

Era las 7.30 pm, después de merendar, tenía que ir a Cashaconga. Después de caminar un buen trecho, escuché una banda de música folclórica, con quenas y tambores, parecía una gran fiesta. El noble animal sopló fuertemente las narices, como quien dice ¿qué pasa aquí? Y no quiso avanzar más. Traté de escuchar bien atento de dónde salía tan linda música, pero pasó rápidamente, pues no concordaba con alguna que yo conocía. Quedé quieto sin reacción por un momento y luego, todo quedó en silencio total.

No le di importancia, seguí caminando otro trecho más y al pasar por una pequeña quebrada, llegando a una llanurita, escuché una gallina con una buena cantidad de pollitos. Esto si me llamó la atención y pensé que alguna gallina ha tenido pollitos en el campo, por lo que decidí buscarlos en la claridad de la luna.

El bullicio de la gallina y los pollitos se alejaba lentamente más y más, por un pequeño barranco, que cuando ya no pude pasar me di cuenta que me había llevado muy lejos del camino. Sin poder verlo, menos lograr agarrarlo a la gallina, regresé a donde me esperaba mi caballo, pensé rápidamente que podría ser alguna tentación pues me parecía un sueño lo que me estaba pasando.

Monté en mi caballo y sin darme cuenta, regresé a la casa de San Isidro. Cuenta mi suegra y mi señora que al llegar a la puerta los perros ladraron y aullaron. Me caí del caballo botando espuma blanca por la boca, dicen que me curaron con chamcua, zanahoria de gentil y otras yerbas aromáticas para curar el mal aire, del cual me recuperé rápidamente para el día siguiente. Los remedios estuvieron a su derecho, me dijeron.

A los días siguientes comenté con algunos vecinos dispersos de lo sucedido y me afirmaron que siempre lo encuentran de manera sorpresiva a cualquier hora del día o en la noche y nadie lo puede agarrar a la gallina y sus pollos, decían que era la mala hora o parte del encanto con el diablo y que terminaban muchos de ellos desmayados, botando espuma blanca por la boca.

POLÍTICOS Y POLITIQUEROS

Ya llegan otra vez las elecciones municipales;

ahora soy tu amigo, tu hermano, tu causa, tu gente.

Me abrazas, me das regalos, me saludas muy atentamente

y después que ganas, ¡ya no existo! para peor de los males.

Estás en campaña, me consideras;

me ubicas en primer lugar,

me buscas, me llamas para apoyar

y cuando llegas al poder ya no me consideras.

Pena, penita, penaza, pasa en mi corazón,

pero así es tu gran ilusión,

Engañas al pueblo por pasión,

porque te falta la razón.

Un verdadero político tiene doctrina,

es cortés y se preocupa por los demás.

Un politiquero es fanático y superficial

mantiene intrigas y manifiesta bajezas en la población.

El político por convicción, tiene visión.

Para intervenir en los asuntos públicos

emplea muchos medios

para llegar a un fin.

El politiquero tiene exagerada cortesía,

se aprovecha de los asuntos públicos,

emplea muchos medios

y no llega a un fin.

Con promesas y propaganda llegan al poder

ocupan un cargo solo para robar.

Se apoderan de cargos y no lo quieren perder,

porque saben que muy pronto se va a acabar.

El pueblo te aplaude porque confía en tu capacidad,

creen en tu palabra y tus promesas sin verdad.

Pero correspondes con daño y traición

a toda la población.

INCOHERENCIAS SHILICAS

¡Ayayay paisitas! Los políticos promueven la cosecha de agua sin sembrar. ¡Viéraste! Y a la quebrada La Quesera no pueden represarlo en su totalidad en tiempo de invierno para que no le falte agua a los shilicos en tiempo de sequía. Yanca han hecho tanto pozo en las comunidades, para que siembren hortalizas, dijeron. ¿Con qué ya pue lo van a regar? Si no cosecharon agua. Yanquita gastaron la platita ¿Dígaste?

¡No me digas que no! La Municipalidad de Celendín apoya a la agricultura, pero prohíbe que el campesino venda sus productos en la esquina del mercado, que es tradición de los shilicos, dizque haciendo desorden, amenazándolos con las rondas campesinas, con los inspectores de mercado y de yapa con los serenazgos. Obligándolos a rematar sus productos en el menor precio posible. Yanca lo harán.

GLOSARIO

Viéraste: Celendinismo que alude a la expresión viera usted.

Yanca: En vano. Por nada. De mentira.

Yanquita: Diminutivo de la palabra yanca.

Dígaste: Alude a la expresión diga usted.

[Artículo publicado en la Revista Oígaste N° 10- Edición Julio 2022]

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