Por: Juvenal Vilela (*)

Siempre hablé con el abuelo, de cosas vividas lejos de la ciudad y que el campo en su bondad ha cobijado en sus verdes horas de infancia.  Los cuentos más bellos, las historias que ninguna vez escribiré, porque jamás sentí la represión de volver los ojos al sol, bajo la sombra del hacendado o su capataz; pero mientras pienso en lo que no sé, busco entre mis páginas, prefijos y sufijos para mi tierra – nación de los maichiles y La Guayabina -; de plomosa arquitectura, donde bajo el ala de mil banderas ondea el viento de la tarde.

Ahora que el frío arrecia y el bordado de la noche avanza, ¿quién enmudece leyendo un libro?, o ¿quién llora la página arrancada?, pues no todos los recuerdos terminan como hoy en el fogón de la abuela, algunos otros conviven en la delgada luz del lamparín, doblando la paja toquilla en el sombrerito dominguero de mamá.

El abrazo fértil del sol sobre los sauces, siempre es el mismo desde Jelij, la verde adivinanza de los eucaliptos que entre chilcas y pencas olvidaron espinarse el alma; el morocho, las chirimoyas que desde el valle limonero madrugan sobre leña de hualango.

La sangre nos hermana, nos corta con la misma tijera, que ¿no?; ¿dirás que la humedad puede más que el tiempo?, aún el papel y la pluma siguen siendo aliados que nos recuerdan, que el cordel con que se midió la ciudad alcanzará para regresarnos del laberinto y darse en familia un gran abrazo, entre apellidos arawacs, choctamalques, portugueses, españoles, y con todos los nombres shilicos, de quienes nazcan y crezcan, más cerca del cielo, su ciudad…

(*) Juvenal Vilela Veláquez

Escritor y poeta celendino. Estudió en la Universidad Nacional de Cajamarca. En 2018 Participó la III Feria del Libro Cajamarca.

En 2016 ganó el Premio en Poesía en el I Concurso Nacional de Cuento y Poesía “Huauco de Oro”.

Obtuvo la Primera mención honrosa en el Concurso Internacional de Poesía Patio Azul – 2002 organizado por el Instituto Nacional de Cultura y Antares.

Ha publicado su obra en poesía “El lado azul de la luna”, en 2004; “Danza de mariposas” y “Una semana en seis días”, en 2006; “Razones para llamarte Soledad”, en 2010 y la plaqueta “Sin paracaídas x 3”, en 2015.

[Artículo publicado en la Revista Oígaste N° 001 – Edición julio de 2019]

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