Por: Tito Zegarra Marín
Permítame, en medio de un año siniestro y devastador que ha paralizado al turismo, hacer breves comentarios sobre esa creciente e importante actividad social que involucra a Cajamarca, Celendín y Amazonas, con sus recursos naturales, ecológicos, hídricos, históricos, arqueológicos, pictográficos, costumbristas y otros.
Estos valiosos recursos, han merecido especial atención de estudiosos e investigadores del país y el extranjero (J.C. Tello, A. Raimondi, I. Schjellerup, F. Kauffmann, F. Silva Santisteban, Kasuo Terado y Y. Onuki, P. Lerche, para citar algunos); y de mucha gente de diferentes lugares que al saber de su significado y estar puestos en valor (no todos), los visitan continuamente. Sin embargo, siendo importante ello, se deja sentir la necesidad de impulsar proyectos y paquetes turísticos que articulen a ambas regiones y abarquen diferentes líneas turísticas.
El proyecto turístico más interesante de las últimas décadas fue el Circuito Turístico Nororiental (CTN), fomentado por la Municipalidad de Celendín y ALAC de Cajamarca, con el objetivo de organizar un circuito turístico que enlace a Cajamarca, Celendín, Chachapoyas, Bagua, Jaén, Chiclayo y de nuevo a Cajamarca, pero que poco avanzó en ese sentido. Actualmente, no existen proyectos integracionistas, solo paquetes turísticos organizados desde Lima. En este último caso, por vía aérea a Jaén, Tarapoto, Cajamarca y Chiclayo, y de esos lugares por vía terrestre a Chachapoyas, en especial a Kuélap y Gocta. Se anuncia que se tendría servicio aéreo directo a Chachapoyas.
Entre los principales recursos turísticos base, puestos en valor o potenciales y calificados para incluirse en proyectos de alcance interregional, destacamos a los siguientes:
En Cajamarca: el centro arqueológico Kúntur Wasi en San Pablo, canal de Cumbemayo, Cuarto del Rescate, Baños del Inca, ventanillas de Otuzco, granja Porcón en Cajamarca y pinturas rupestres El Faical en San Ignacio; y en condición de potenciales: los ramales del Qhapaq Ñan, centros arqueológicos La Chocta y La Lechuga, cataratas El Cornelio y el Velo de la Novia en Celendín, Pacopampa en Chota y Tantarica en Contumazá.
En Amazonas: el complejo arqueológico Kuélap en Luya, catarata Gocta en Bongará, sarcófagos de Karajía, caverna Quiocta y el valle Huaylla Belén en Luya, Museo Leymebamba y lagunas Los Cóndores en Chachapoyas, y Pomacochas en Bongará. Y en condición de potenciales: Cochabamba en Chuquibamba, Chachapoyas, el Gran Pajatén en San Martín, Pirka-Pirka y Pakarishka en Bolívar, entre los más relevantes, (estos dos últimos antiguamente formaron parte de la cultura Chachapoyas).
Y en Celendín, como pequeña provincia que une ambas regiones: el valle y aguas termales de Llanguat, centros arqueológicos La Chocta y La Lechuga, pinturas rupestres el Granizo, el Idulo y Quillamachay, cataratas El Cornelio y el Velo de la Novia, valle y parque ecológico El Común; y muy cerca de la ciudad: laguna El Suro, cascada Langascocha, mirador de Jelij y el sitio Pumarume con su capilla al niño Dios.
Sobre la base de esos recursos, Cajamarca, Celendín y Amazonas, deben poner todos sus esfuerzos para integrarse turísticamente, con una sola visión y los mismos objetivos: crear fuentes de trabajo y apoyar el desarrollo. Creemos en ese sentido que, en lo inmediato, debe hacerse lo siguiente:
- Contactar y coordinar con las instituciones vinculadas al turismo de Cajamarca y Chachapoyas para formular una agenda común y promover su desarrollo interconectando a Celendín.
- Promoción efectiva y permanente (televisiva, virtual, física y escrita) de los principales recursos turísticos en forma sincronizada y unitaria. (Esta revista y el amigo Franz Sánchez, lo vienen haciendo acertadamente desde Celendín).
- Destacar al complejo arqueológico de Kuélap y al teleférico que lo conecta desde la localidad El Tingo (a la fecha único en el país), como recursos que atraen y venden, y cercanos a la provincia Celendín.
- Promocionar la ruta turística transversal que, partiendo de Cajamarca pasa por Celendín y Balsas en el río Marañón hasta llegar a Chachapoyas, poniéndonos muy cerca de la diversidad de recursos.
- Gestionar y exigir al gobierno central mejore (amplíe y asfalte) la carretera que va de Celendín a Balsas y Leymebamba, siguiendo la ruta de Púsac, Chuquibamba y Atuén.
- Considerar a la ruta oriental (San Martín y Loreto), como opción potencial, necesaria y complementaria, dentro de los planes del desarrollo turístico interregional.
Debemos tener presente que el movimiento turístico mundial, con excepción de este año de pandemia, ha venido creciendo en forma exponencial, al igual que el turismo interno. Cerca de 4 millones y medio de turistas llegaron al país el 2019, y más de 8 millones de peruanos hicieron turismo interno, de ambos flujos, Cajamarca y Amazonas fueron favorecidos. Por lo general, los turistas del exterior que llegan a Cajamarca, tienen pensado visitar Kuélap y Gocta (los más solicitados), y hacia allí van siguiendo la ruta mencionada, es decir, primero a Celendín y luego continuar a Chachapoyas.
Cuando los amigos turistas estén por Celendín, tenemos que hacer algo para no solo verlos como aves de paso. Hay que diseñar planes, estrategias y diplomacia para retenerlos, aunque sea por pocos momentos o quizá un día, darles la bienvenida e informarles sobre lo bueno que tenemos. Pero para hacer ello, es muy importante que nuestras ofertas turísticas estén puestas en valor y que hayamos mejorado o embellecido la cara de nuestra ciudad. Para este último, entre otras cosas, tenemos que convertir la calle 2 de Mayo en exclusivamente peatonal, con todas las exigencias arquitectónicas que requiera; y tenemos que recuperar y remodelar la casi abandonada colina San Isidro.
Las condiciones físicas y socio administrativas para promover una cruzada turística interregional y provincial son cada vez más favorables: los flujos turísticos volverán a repotenciarse; la modernidad, entre otros, ha hecho que se acorten distancias y tiempos, que se mejoren carreteras, varias de ellas ya adecuadamente asfaltadas: Cajamarca – Celendín, Leymebamba – Chachapoyas, Chachapoyas – Pedro Ruiz y a partir de aquí, por la marginal Fernando Belaunde Terry, a la selva. Los servicios básicos de hotelería, restaurantes, recreos y transporte han mejorado considerablemente. Celendín está al centro de esos dos polos, hagamos todo lo posible para aprovechar esa situación excepcional.
De Celendín a Cajamarca nos separan 100 km y a Chachapoyas pasando Balsas en el río Marañón, 225 km. Es una ruta relativamente corta, pero urge ampliarla y asfaltarla en el tramo Celendín – Leymebamba. En los últimos años se han puesto en marcha dos obras fundamentales que abonan al proyecto turístico interregional: la construcción del nuevo puente en Chacanto ubicado muy cerca del anterior, moderno y de 105 m de longitud y 9 m de ancho, doble carril; y la construcción de la carretera que une a Balsas, con Púsac, Chuquibamba, Atuén y Leymebamba, como ruta alterna a la existente, que tiene la ventaja de ser amplia y atravesar territorios menos accidentados; así como, pasar muy cerca de la ciudadela inca de Cochabamba, las pozas del inca en Atuén y cerca de la laguna Mishacocha. Es una carretera que requiere ponerla en mejores condiciones, hasta conseguir sea asfaltada.
Volviendo a Celendín, además de impulsar el turismo intrarregional, se debe poner la mirada en el turismo interno como alternativa de apoyo al desarrollo local y provincial, pues no olvidemos que el turismo inyecta dinero en los diversos servicios, actividades sociales, recreativas y otros. Pero, reiteramos, urge atender (poner en valor) a sus principales recursos y establecer algunos paquetes turísticos, para ofertarlos en temporadas de movilidad social alta (festividad del Carmen, fin de año, carnavales, otros); y algo necesario, se deben organizar agencias de turismo. Entre esos paquetes que deben darse en un solo día, proponemos los siguientes:
- Celendín, valle Llanguat con sus aguas termomedicinales, Pizón y caverna de Múyoc.
- Celendín, valle y parque ecológico El Común en Sucre, río Cantange y criadero de truchas, centro arqueológico La Chocta.
- Celendín, Cruzconga, centro arqueológico La Lechuga y catarata del Velo de la Novia.
- Celendín, Huasmín, Jerez, catarata El Cornelio y bosque de piedras Huangashanga.
- Celendín, mirador de Jelij, valle Limón y pintura rupestre El Granizo en el cerro Cueñaspunta.
El futuro del desarrollo turístico de nuestras regiones, en tanto implique mayor captación de turistas nacionales e internacionales, tendrá como ejes centrales a los recursos anotados y a la conectividad vial entre ambas regiones, con proyección a San Martín y Loreto. Y el turismo en Celendín, dependerá, en mucho, del apoyo que brinde la Municipalidad Provincial, demás instituciones y ciudadana en general.




[Artículo publicado en la Revista Oígaste N° 004 – Edición julio 2020]