Celendín (CN) — Los ronderos del distrito de José Gálvez han dado un ultimátum a la empresa encargada de la construcción de la bicapa asfáltica Consorcio Vial José Gálvez y al alcalde Tony Mariñas, luego de identificar múltiples irregularidades en la ejecución de la obra.
El proyecto, que en un inicio prometía mejorar la transitabilidad de la zona, se ha convertido en el epicentro de la indignación popular, al verso envuelto en denuncias de corrupción, malos manejos y serios problemas administrativos.
Entre las principales quejas, los pobladores y trabajadores de la obra denuncian que la empresa ejecutora ha decidido «pagar lo que se le da la gana» a los obreros, sin respetar la tabla salarial establecida. A esto se suma la contratación de personal sin los debidos contratos, muchos de los cuales laboran sin el equipamiento necesario lo que no solo pone en riesgo su seguridad, sino que también constituye una violación a las normativas laborales vigentes.
Por si fuera poco, los trabajadores se quejan de que la empresa no cumple con los pagos acordados por concepto de pensiones en los restaurantes locales, lo que ha generado una cadena de deudas y malestar entre los pequeños negocios que dependen de estos ingresos.
Supervisión deficiente y complicidad del alcalde
Una de las principales críticas recae sobre la empresa supervisora que, según los denunciantes, está «pintada» y no cumple con su rol de fiscalizar adecuadamente la ejecución de la obra. Los ronderos acusan a los supervisores de mirar hacia otro lado ante las irregularidades que se han vuelto evidentes para la comunidad.
En este contexto, la figura del alcalde de José Gálvez ha sido señalada como cómplice de todas estas irregularidades. Las denuncias apuntan a que el burgomaestre ha estado al tanto de los problemas, pero no ha tomado medidas para corregirlos. Su inacción ha avivado las sospechas de corrupción y ha puesto en entredicho su gestión.
Un oscuro inicio: corrupción en la licitación
La controversia actual no es nueva. Desde el inicio del proceso de licitación para la construcción de la bicapa asfáltica, se reportaron graves irregularidades. Uno de los principales cuestionamientos al alcalde fue con relación a la buena pro del proceso, misma que fue entregada a un consorcio compuesto por empresas que ya habían sido cuestionadas por la mala ejecución de obras en el sur del país.
A pesar de los antecedentes negativos de estas compañías, se les adjudicó el proyecto, lo que levantó sospechas de favoritismo y corrupción dentro de la administración local.
Ultimátum y exigencias
Ante este panorama de corrupción y desorden, los ronderos han decidido actuar. En una reunión realizada el último miércoles en la plaza de armas, dieron un ultimátum a la empresa y al alcalde, exigiendo soluciones inmediatas a todos los problemas detectados.
Entre las demandas se encuentran el pago justo y a tiempo para los trabajadores, el cumplimiento de las normas de seguridad laboral, el pago de las deudas a los restaurantes y una supervisión real y efectiva de la obra.
Los pobladores han advertido que, de no cumplirse con estas exigencias, tomarán medidas de fuerza, lo que podría incluir la paralización total de la obra y protestas más radicales en el distrito de José Gálvez.