Por: James Delgado Lobato.

BESO AZUL

En cerúleos,

y balsámicas guirnaldas,

reza el alma

ingenua poesía.

En alas del alba,

llega tierna la sinfonía,

arrullo y profecía;

edénico geranio,

divina intuición,

de judío y portugués.

Beso azul,

sabor de tu cielo,

suspiro azul;

flor y nata

de arte y sendero,

se esculpieron en las manos

al orillar el sombrero.

Volaron lejos

en mansos veleros,

conquistaron universos

sosegados en consuelos,

de vuestra Reyna del Carmelo.

Beso azul,

de ñustas y doncellas.

Edénico azul,

tentempié del bardo poeta.

Tintero azul

de la pluma y el pincel;

pentagrama azul,

de alegres y bohemios;

beso azul,

es mi cielo azul.

PRIMAVERA

Primavera,

tu nombre llega dulce,

cual almíbar de sinfonías.

Te he visto primavera,

arropada de vergeles,

deshebrando aromas eucalipticos,

en el rosado beso de las auroras.

Primavera,

en la posada de mis versos,

ascua de fragancias

te has extenuado.

Te he visto,

destilando en el ocaso

tus albores de beldad.

¡Oh! Dulce primavera,

repica el verso en la montaña,

oriunda damisela;

y el sabio trovo

de mesoneras aves,

rebozan la melodía azul

de tus entrañas.

VETUSTA CASA

Al fin, otra vez,

el sabio susurro

de los mustios tapiales

de mi aldeana vivienda,

ha vuelto a endulzar mi desayuno.

Mi alma susurra,

en el fértil aroma

de tierra mojada.

No sé, pero;

esta arcilla humana,

ha venido a vestirse

el bálsamo innato

de mis rastros ingenuos,

que me reparan recelosos

por las hendijas del tiempo.

Al fin, otra vez;

la herencia de mi sangre,

la palabra honesta,

el abrazo sincero,

masilla mis errores imperfectos;

y el manso rumor

de la rauda montaña,

afina mis oídos,

pinta el sosiego

de mis postergaciones.

GRACIAS MADRE

Gracias madre,

por concederme de tu ser,

un rinconcito para crecer.

Gracias madre,

por escudarme de los agravios;

con tu sonrisa dulce,

con tus suaves cantos;

hasta con tu propia vida,

ignorando el abrupto dolor,

siendo yo,

un diminuto indefenso.

Aprendí el lenguaje,

con tu dulce abecedario;

a percibir el mundo,

su belleza;

la frágil naturaleza.

He sido la arcilla perfecta,

para tus manos alfareras.

Fuiste mi ángel,

abnegado cariño,

norte de senderos,

intrínseco custodio.

Devolver tus desvelos,

tus noches ascuas,

tus húmeros fríos;

es perpetua deuda,

a tu amor constante.

                          Autor: James Delgado Lobato.

Extractos de poesía del libro: CREDOS DE POESÍA, obra que se viene imprimiendo en los talleres de la imprenta MARTÍNEZ COMPAÑÓN – Cajamarca.

[Artículo publicado en la Revista Oígaste N° 008 – Edición Octubre 2021]

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